La compañía china de automóviles Chery está explorando la posibilidad de producir hasta 50.000 coches eléctricos al año en la Zona Franca de Barcelona en colaboración con la compañía española QEV Technologies. La iniciativa forma parte de los planes de Chery para ampliar su presencia en el mercado europeo y aprovechar el potencial de crecimiento del mercado de vehículos eléctricos en la región.
El acuerdo entre Chery y QEV Technologies permitiría a Chery llevar a cabo las investigaciones necesarias para evaluar la viabilidad del proyecto. El objetivo es aumentar la oferta de vehículos eléctricos en Europa, en línea con las metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en la región. Además, la producción local de vehículos eléctricos en Europa podría mejorar la competitividad de la industria automotriz europea en el mercado global de vehículos eléctricos y crear empleos en la región.
El mercado europeo de vehículos eléctricos está creciendo rápidamente, impulsado por los objetivos de reducción de emisiones y las regulaciones gubernamentales. Chery y QEV Technologies buscan capitalizar esta oportunidad, y el proyecto podría tener un impacto significativo en la industria automotriz europea.
La producción local de vehículos eléctricos también podría mejorar la seguridad del suministro y reducir la dependencia de las importaciones de vehículos eléctricos, lo que es especialmente importante dada la actual crisis de la cadena de suministro global.
El proyecto de Chery y QEV Technologies no solo busca expandir la oferta de vehículos eléctricos en Europa, sino también fomentar la innovación y la inversión en la región. La iniciativa podría atraer a más empresas chinas y extranjeras a la región y aumentar la colaboración entre empresas españolas y chinas.
En resumen, el proyecto de Chery y QEV Technologies para producir coches eléctricos en la Zona Franca de Barcelona tiene como objetivo aprovechar el potencial de crecimiento del mercado de vehículos eléctricos en Europa y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, la iniciativa podría mejorar la competitividad de la industria automotriz europea en el mercado global de vehículos eléctricos y crear empleos en la región.