DEPARTAMENTO DE ACCIÓN CLIMÁTICA.
La Prospectiva Energética de Cataluña 2050 (PROENCAT 2050) ha sido aprobada por el Consejo Ejecutivo como un plan para guiar la transición energética hacia la neutralidad climática en Cataluña. Según el estudio, este objetivo es alcanzable mediante una serie de estrategias que abarcan todo el ámbito energético, desde la demanda de energía final hasta la generación de energía eléctrica, involucrando a los ciudadanos. Se estima que la descarbonización del sistema energético catalán requerirá una inversión de 84.361 millones de euros.
El informe destaca que las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con el ciclo energético actualmente representan el 72% del total de las emisiones en Cataluña, con 34 millones de toneladas de CO₂.
El objetivo es reducir estas emisiones casi a cero, logrando así la neutralidad climática. Sin embargo, si no se implementan las medidas propuestas en el PROENCAT 2050, las emisiones solo se reducirían a 26 millones de toneladas. Al lograr la neutralidad climática, Cataluña también aumentaría su soberanía energética, reduciendo la dependencia energética del exterior del 93,8% al 7,9%, lo que implicaría un ahorro económico significativo.
El ahorro y la eficiencia energética se consideran fundamentales para la transformación del modelo energético. El informe estipula una reducción del 30,3% en el consumo de energía final para lograr la descarbonización, con un énfasis particular en los sectores del transporte y los hogares, que experimentarían una reducción del 50,6% y el 34,2% respectivamente. Se estima que se necesitarán inversiones de 15.000 millones de euros para alcanzar estos objetivos de ahorro energético.
El informe también destaca el aumento de la electrificación de los consumos energéticos, aprovechando la flexibilidad del sistema eléctrico para integrar energías renovables y reducir las emisiones. Se espera que el grado de electrificación de la demanda de energía aumente del 24,8% en 2017 al 76,6% en 2050. Se estima que se requerirán inversiones de 13.256 millones de euros en infraestructuras de la red eléctrica para adaptarla y modernizarla adecuadamente.
Para satisfacer la demanda de energía de manera sostenible, se planea un mayor despliegue de las energías renovables. Se proyecta la incorporación de 12.000 MW de energías renovables para el año 2030, incluyendo 5.000 MW de energía eólica y 7.000 MW de energía fotovoltaica. En total, la capacidad de energía renovable deberá crecer hasta casi 62.000 MW en 2050, 18 veces la capacidad instalada actual. Se estima que se necesitarán inversiones de 51.511 millones de euros en energías renovables.
El informe también considera el potencial de energía solar fotovoltaica en edificios y otros espacios artificiales. Se planea instalar más de 11.000 MW de energía fotovoltaica en edificios y 2.600 MW en otros
espacios artificiales, lo que proporcionaría hasta el 40% de la energía solar generada en Cataluña. Además, se espera que se implementen alrededor de 500.000 instalaciones de energía eléctrica en tejados y cubiertas, muchas de ellas asociadas con sistemas de autoconsumo y generación distribuida. El informe concluye que con solo el 2,5% de la superficie de Cataluña utilizada para fines energéticos, el país puede cubrir el 97,5% de su consumo de energía primaria con energías renovables.
El PROENCAT 2050 también destaca la necesidad de actuar sobre la demanda energética y de implementar sistemas de almacenamiento para gestionar los excedentes de energía en el tiempo. Estos sistemas pueden incluir baterías eléctricas, sistemas de bombeo o la gestión de centrales hidroeléctricas con embalses.
En resumen, la Prospectiva Energética de Cataluña 2050 establece un plan ambicioso para lograr la neutralidad climática en Cataluña, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar la soberanía energética. El informe propone medidas que abarcan desde el ahorro y la eficiencia energética hasta el despliegue de energías renovables y la electrificación de la demanda de energía. Estas estrategias requieren inversiones significativas, pero también ofrecen oportunidades económicas y medioambientales a largo plazo.